3 cosas que destruyen tu boca y 3 que lo aceleran

Los dentistas tenemos la gracia del trabajo, gracias a la desgracia de la especie humana de tener una dentadura vulnerable. Tanto, que resulta susceptible de ser atacada por las bacterias bucales y fácilmente destruida por ellas, por las bacterias digo…

Es solo cuestión de tiempo y de abandono por parte del paciente. De eso vivimos los dentistas, de la precariedad y de la vulnerabilidad de la dentadura humana; y también hay que decirlo, de la desidia y dejadez del individuo. Además parece ser, que la mayoría de las bocas humanas no están hechas para llegar, por naturaleza, a los 85 años de edad, en condiciones funcionales y menos aún, en condiciones estéticas. La boca requiere, la boca exige, la boca necesita cuidados. De lo contrario la boca se pierde.

El sillón dental, todo el instrumental odontológico, los equipos y los materiales dentales, son fabricados por una industria especializada, para que los profesionales puedan dar un servicio de atención odontológica (salud bucal le llaman) a aquellos pacientes que se atrevan (por el temor digo) y que puedan sentarse en él; en el sillón del dentista digo… Las universidades cuentan con miles de alumnos en la carrera de odontología. Nunca en la historia hubo tantos dentistas por habitante, y aún así, no sabemos cuidar la boca. ¿Sirven realmente los dentistas para que la población aprenda a cuidar la boca (prevención digo), o solo sirven para «reparar» daños y patologías que se presentan en la boca? Aprende a cuidar tu boca. Es MI MEJOR consejo.

Caries cuello canino
Esto es un canino superior izquierdo, atacado en su dignidad y salvajemente destruido en superficie por una caries mal nacida, cuyo propietario dejó avanzar sin control, creyendo tal vez que no era grave, porque ¡cómo no le dolía!

Principales causantes del deterioro y destrucción final de la dentadura

1. Los microbios orales

La boca sin dientes, o sea, desdentada, está repleta de bacterias, pero con dientes, aún más…, más bacterias digo. Las bacterias causantes de las caries y de la periodontitis no se encuentran presentes en una boca completamente desdentada. Es el caso por ejemplo de una beba de menos de 6 meses que aún no le han salido los primeros dientecitos de leche, o de una anciana, o no tan anciana, que ha perdido todas sus piezas dentales. Analizando la flora bacteriana de bocas sin dientes, como en el ejemplo anterior, se sabe que cuando no hay dientes, los tipos de bacterias son distintas a cuando sí los hay.

Cuando sale el primer diente de leche, surgen bacterias específicas que solo viven en lugares donde hay dientes. Bacterias dento-dependientes. Desaparecidos los dientes, desaparece también ese tipo de bacterias.

Cuando tenemos dientes, aparecen en escena las bacterias propias de la dentadura. Tanto la caries, como la periodontitis y la periimplantitis, son enfermedades que se desarrollan en presencia de bacterias especializadas. Éstas patologías son de origen bacteriano. Se trata de infecciones crónicas, progresivas y destructivas que no se frenan ni se curan con antibióticos. Necesitan la intervención especializada de un odontólogo.

Las bacterias que viven sobre las superficies dentales lisas y suaves, no son las mismas que viven en el fondo de las fosas y fisuras de las caras masticatorias de los molares y premolares. También pertenecen a otras especies los gérmenes que habitan en el cuello dental, debajo de la encía, dentro del surco gingival de todos los dientes.

Los cientos de especies de bacterias bucales, suman miles de millones de individuos en un solo cm3 de saliva. Esas bacterias, pobladoras habituales de las bocas humanas desde hace centenas de milenios, son las que dan de comer a los dentistas.

Hace más de 1.000 años que las bacterias obligaron a la aparición del oficio y arte de los barberos y cirujanos, que sacaban muelas infectadas y podridas durante la edad media, y son las bacterias las que dan profesión universitaria, máster, especialización y doctorado a los odontólogos de hoy en día. Las bacterias son la razón de ser del ejercicio de la odontología cotidiana. Las bacterias son actores principales, pero invisibles, en el teatro de la odontología diaria. Las bacterias son el enemigo a batir. Y el paciente debe aprender cómo hacerlo.

Los gérmenes específicos que enferman la boca, forman una película invisible denominada placa bacteriana o biofilm. Las bacterias de la placa bacteriana producen caries, periodontitis y periimplantitis, principales causantes de la pérdida de la dentadura natural… y de los implantes.

Imagen al microscopio de bacterias presentes en la placa bacteriana adherida al diente.
Imagen de las cerdas de un cepillo dental sobre la cara masticatoria de un molar inferior. Lo marrón es placa bacteriana teñida.

2. Las fuerzas

El desgaste dental generado por el bruxismo, la mala oclusión, los malos hábitos, el cepillado inadecuado, etc. destruyen progresivamente una dentadura.

Desgaste por erosion química por ácidos bucales, ácidos de la regurgitación del estómago, ácidos de las frutas y bebidas gaseosas, pastas dentales abrasivas, cepillos inadecuados.

El tiempo y el uso gasta la dentadura. Pero hay dentaduras mal usadas y gastadas antes de tiempo. Algunas gastadas en forma atroz. A veces por malos hábitos y otras veces por culpa de fuerzas que no son las necesarias para masticar y por lo tanto no son funcionales. Hábitos y fuerzas parafuncionales como el bruxismo son muy destructivas.

Las principales fuerzas destructivas, son las relacionadas con el bruxismo, no las fuerzas por comer cosas duras.

3. El tiempo

El tiempo todo lo degrada, todo lo marchita, todo lo desluce. Pero tú puedes lentificar ese proceso. Los cuidados correctos ralentizan el desgaste y el envejecimiento de la dentadura. Muchos pacientes me han dicho …»qué pena no haberlo conocido hace 20 años, hoy tendría mis dientes». Yo les contesto : «-hace 20 años no me hubieras hecho ni caso-» Haz algo ya, y empieza hoy.

La juventud y la salud se pierden con el tiempo. Pero el tiempo es relativo y el futuro se puede cambiar hoy.

4. Tu inacción

No hacer nada por la salud bucal es una de las conductas más humanas y más habituales que existen, por lo tanto se lo podría considerar una conducta normal. Sigue así que vas mal.

Boca enferma
No haces nada, pues nada es lo que consigues. Esta foto es «casi» la nada de aquella boca que fue en el pasado. El futuro es hoy. Haz algo hoy.

5. Los accidentes

Trata de evitarlos. Desde la patada de un cuadrúpedo hasta un raquetazo en la boca, pasando por una caída libre en la acera o un resbalón anti gravedad en el baño, o un codazo haciendo basketball, todo puede pasar. En ciertos deportes, usar un protector bucal a medida es una buena precaución.

6. Ir al dentista

Si eliges mal o tienes mala suerte, un dentista puede estropearte una muela, un diente, o tu boca. Esas cosas pasan, nadie está libre. Se llama iatrogenia. Si además si te toca un dentista sin escrúpulos, la cosa se puede poner muy interesante.

Ir al dentista podría empeorar tu boca, si eliges mal. Pero si aciertas, tu boca podría tener un futuro prometedor, con pronóstico esperanzador, ilusionante y eventualmente, con tu ADN a favor, podrías llegar a tener una boca sana «casi» de por vida. Con un buen dentista como asesor la boca suele ir mucho mejor.

Ahhh, los seguros dentales no son nada seguros, te lo aseguro. No te asegures con un esos seguros. Dan inseguridad.

Ve al dentista, ni lo dudes, podría ser peor si no lo haces, pero elige bien.

El primer paso es tener un buen asesor en salud bucal. Un dentista de confianza.

Saber más: 

La placa bacteriana

Bruxismo

2 comentarios

Excelente contenido, muchas gracias, me gustaría tener un odontólogo como usted! Su página la encontré hace más de 7 años y aunque he estado estudiando por mi mismo odontología preventiva, la manera de condensar tanta información y hacerla de facil entendimiento es muy importante.

David: Gracias por tu comentario positivo. Te aseguro que en tu entorno encontrarás un odontólogo que te guste. Siempre hay uno cerca.

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