La corona de porcelana sin metal, un logro de la Odontología estética
Se llama corona a la zona del diente/muela que se aprecia por fuera del nivel de la encía. La zona oculta bajo la encía se llama raíz dental.
Cuando la zona coronaria de la pieza dental requiere una intervención odontológica mayor, se recurre habitualmente a la confección de una corona dental artificial o protética.
Las coronas protéticas las prescribe el odontólogo cuando la corona dental original se encuentra muy destruida o en muchos casos, y sobre todo en el sector anterior, con fines restauradores pero con enfoque estético.
Hasta finales de los 80 y principios de los 90, la corona reina por excelencia era la corona de porcelana sobre metal.
Antes de eso, lo eran las de oro, oro platino etc, las cuales resultaron ser restauraciones de excelente calidad, resistencia y durabilidad, pero… eran antiestéticas. Para solucionarlo, al metal se le añadía un frente color diente en resina (acrílico)
Por lo tanto, disponer de una corona artificial resistente, «casi» como el metal, y a su vez bonita y natural, se puede considerar un hito en la historia de la odontología.
Veamos algunos humildes ejemplos, que resulten ilustrativos para el paciente odontológico.
Todas las fotos corresponde a coronas sin base en metal. Son de cerámica sobre zirconio o sobre disilicato de litio.
Las de zirconio parecen resultar más resistentes, por eso se usan para hacer, en ciertos casos favorables, puentes fijos para reponer una pieza ausente.
Veamos ejemplos de laboratorio
Veamos ejemplos en la boca
